Autoestima y mujer (artículo)
Autoestima
y mujer
¿Por qué es
importante trabajar constantemente en el mejoramiento de la autoestima?
Es
vital que siempre todos mantengamos arriba la autoestima, hoy me centraré en
las mujeres, ya que últimamente, me he dado cuenta que como genero necesitamos
trabajar mucho más en este afianzamiento. Aquí te explico por qué.
Para
comenzar, tengo que decir que antes de esperar relacionarse adecuadamente con
las personas que nos rodean y sacar el mejor provecho de nosotros inmersos en
los diferentes contextos en que nos involucramos, es necesario: conocernos, aceptarnos y querernos a
nosotros mismos.
Las
mujeres pasamos por diferentes momentos a lo largo de nuestro ciclo vital, que
inevitablemente nos confrontan con nuestra apariencia y sumado a esto, hay que
reconocer que la sociedad no siempre es benevolente con la forma en que se ve
las personas, por lo que podríamos estar expuestas a la crítica y a la burla.
La crianza en donde predomine la formación de una autoestima fuerte, con un
autoconcepto inquebrantable a pesar de lo que suceda en nuestra interacción con
la sociedad, debería bastar, sin embargo, cuando del primer amor se trata, una
figura de autoridad como un jefe, un amigo muy cercano, un ídolo o alguien a
quien admiramos lesiona nuestra autoestima, es difícil salir de esta trampa que
puede llevarnos a estar tristes e inconformes con nosotros mismos, por lo que
debemos trabajar a diario en bastarnos y estar felices y tranquilos con quienes
somos.
Cuando
decimos que nos conocemos, es porque tenemos claro quiénes somos, cuál es
nuestra historia y lo que ha permitido el resultado actual. Sabemos lo que
queremos y hacia dónde vamos y reconocemos nuestras cualidades y defectos, todos
aquellos aspectos positivos y por mejorar, los talentos y hasta donde podemos
llegar.
Al
aceptarnos, es importante tener claro que no somos perfectos y que tampoco
podemos aspirar a serlo. Que tenemos unas claras habilidades que nos permiten
interactuar con el mundo y teniendo en cuenta esto debemos elegir carrera u
oficio. La clave es conocerlo y aceptarlo. Cuando nos quejamos de lo que no
tenemos o intentamos que eso que tenemos esté ajustado a un estándar social enmarcado
en términos de lo adecuado, podemos hacernos mucho daño. Por esa razón es
importante aceptarnos, darnos el permiso de mejorar, pero no para ajustarnos
sino para alcanzar nuestra propia felicidad.
Al
querernos, el mandamiento es amarnos como a nadie y a nada en el mundo, es
preferirnos y elegirnos cada día, es luchar por nuestro bienestar y anteponer
nuestra felicidad a la de los demás. Cuando somos conscientes de lo importante
que es querernos, podremos blindarnos ante personas y situaciones que quieran
dañarnos y podremos interactuar de mejor forma con los demás siendo exitosos
socialmente y en todo lo que hacemos.
Cuando
escribí este párrafo pensaba en las mamás y obviamente cuando hay un ser humano
que depende de ti, de tu cuidado para sobrevivir, debemos darle prioridad a ese
cuidado y para balancearlo con nuestro bienestar, lo que podemos hacer es
encontrar un cómplice que puede ser tu pareja, un familiar cercano o lejano, un
amigo o varios, que te ayuden a tener tiempo para dedicarte a ti misma. Yo viví
esta situación sobre todo con mi primera hija, ya que había deseado ser mamá
por mucho tiempo y por fin se hacía realidad mi sueño, además porque no estaba
muy cansada y esto me hizo resistente por un tiempo, sin embargo, después de
unos meses en los que me resistía a delegar o aceptar la ayuda, mis defensas
bajaron, finalmente se acabaron mis fuerzas y era muy difícil tener pequeños
momentos para mí. Cuando llegó muy pronto mi segundo hijo me sentí aún peor y
ahora después de seis años, sigo trabajando en recuperarme y aunque no es
sencillo es una tarea que sé qué debo hacer.
En algunas
ocasiones he contado una historia para ilustrar a modo de metáfora lo que debe
suceder en nuestras vidas con relación al autocuidado. En un viaje nacional corto
en avión, me llamó la atención un auxiliar de vuelo mientras daba las indicaciones
de lo que se debe hacer en caso de desastre, así como la información de las
salidas de emergencia. Bien es sabido que después de algunos años de tomar
vuelos, a todos se nos convierte en paisaje este tipo de explicaciones, creo
que en esta ocasión estaba un poco aburrida viajando sola y la gran sonrisa del
auxiliar de vuelo capturó mi atención, cuando llegó a esa parte en la que
hablan de: “en caso de despresurización del avión, caerán unas mascaras… debe
primero poner la suya y luego ayudar a niños y otras personas”.
En ese momento se
me reflejó mi experiencia y es que llevaba mucho tiempo sin oxígeno, poniéndole
la máscara a mi familia, amigos y hasta desconocidos. Yo estaba casi azul y no
me daba cuenta que si me falta el aire no podré ayudar a los demás.
Soy vital e
importante para otros, este cuerpo y mi salud mental, mantienen con aire y a
flote a quienes me rodean, por qué no darle la importancia a mi vida, por qué
no amarme más.
Con frecuencia
somos duros con nosotros mismos, nos criticamos, nos ofendemos, nos dejamos
solos, descuidamos nuestra salud, sin embargo, con los otros podemos ser
benévolos y amables, condescendientes y tiernos, vemos la fragilidad en los
demás e identificamos sus necesidades, pero a nosotros nos dejamos en el último
lugar. Varias veces me he pillado haciendo este tipo de cosas y atacándome como
si fuera mi mayor enemiga.
Esta historia
ocurrió ya hace varios años y muy seguido me encuentro aún, teniendo este tipo
de comportamientos. Observo también a mis amigas, sobre todo a las madres,
cediendo espacio en cosas que les gusta hacer, haciendo sacrificios que siendo
sincera y según la experiencia me lo ha mostrado, nunca nadie lo va a
agradecer, por último, aman a todos más que a los demás y seguimos estando en
el último lugar.
Siempre que
podamos nutramos la autoestima de los demás y la nuestra con estos sencillos
ejercicios: decirnos lo buenos que somos para realizar ciertas actividades,
recordar lo que hemos logrado en nuestra vida, así como los miedos que
superamos, las metas que creímos que eran muy difíciles y aun así logramos
alcanzarlas, rodearnos de personas para las que somos valiosos, amados,
respetados, para quienes somos importantes y por supuesto, alejarnos de quienes
lastiman nuestra autoestima, nos critican, de quienes tenemos un mundo muy
alejado. Cuando nos equivoquemos, obviemos las palabras soeces, nunca nos
maltratemos diciéndonos a nosotros o a los demás que nos fallamos, que
comprobamos que no servimos para nada y cambiemos mejor esas expresiones por
frases de aliento y abramos las puertas a nuevas y mejores oportunidades de
demostrar que somos capaces.
Nosotros mismos,
somos la única relación que tendremos para siempre, por lo que debemos
enamorarnos y conquistarnos cada día, amar lo que hacemos o salir corriendo de
ahí cuando sintamos que no lo estamos logrando. En el trabajo de amarnos a
nosotros mismos también lo podemos hacer con los demás. Este es un objetivo que
debemos perseguir diariamente y aunque no es sencillo, nos encausará en la
tarea que vinimos a desarrollar todos cuando nacemos que es ser infinita y
profundamente felices.
Constanza Aimola
Psicóloga
Terapia narrativa
Celular
y WhatsApp 3182945083
Comentarios
Publicar un comentario